Llegamos a la última entrega de nuestra serie, nos enteraremos que sí hay salida viable, para unos será más fácil que para otros, recuerden que el acompañamiento de nuestros seres queridos es importante y también el de un terapeuta que nos ayude a identificar y superar todos los desencadenantes emocionales que nos llevan a no manejar nuestras emociones

¿CÓMO HACER FRENTE A ESTE ENEMIGO SILENCIOSO?

Como mencionara al inicio la alimentación emocional es tan común sin embargo no se sabe hablar de este tema abiertamente por consiguiente las medidas para manejar este tipo de alimentación no son conocidas o aplicadas por la mayoría de las personas que se encuentran en este tipo de situaciones.

Para abordar la alimentación emocional, es importante aprender a reconocer los desencadenantes emocionales entre ellos los que a continuación se detallan.

  1. Estrés: El estrés puede provocar el deseo de comer para aliviar la tensión emocional. Algunas personas recurren a la comida reconfortante como una forma de lidiar con el estrés.
  2. Tristeza: La tristeza a menudo se asocia con la búsqueda de consuelo, y muchas personas encuentran consuelo temporal en la comida, especialmente en alimentos ricos en carbohidratos y azúcares.
  3. Ansiedad: La ansiedad puede llevar a un aumento de la actividad nerviosa, lo que a su vez puede llevar a la búsqueda de alimentos para calmar los nervios. La sobre ingesta de alimentos también puede ser una forma de distraerse de la ansiedad.
  4. Soledad: Cuando alguien se siente solo, puede recurrir a la comida como compañía o para llenar un vacío emocional.
  5. Aburrimiento: El aburrimiento puede llevar a la alimentación emocional, ya que algunas personas comen simplemente porque no tienen nada más que hacer.
  6. Ira o frustración: Las emociones negativas como la ira o la frustración pueden desencadenar la alimentación emocional como una forma de liberar la tensión o como una forma de «castigarse» a sí mismos.

Después de identificar las causas de la alimentación emocional es de utilidad desarrollar estrategias de afrontamiento más saludables como:

  • La práctica de la atención plena.

Deseo enfocarme en esta estrategia ya que puede ser implementada cada vez que se come. Basta con alimentarse de manera consciente, reconociendo si se ha comido lo suficiente para estar satisfecho. Sé que es fácil decirlo mas no sencillo de hacerlo, se requiere mucha fuerza de voluntad para romper los hábitos relacionados con la alimentación emocional.

Al ir aprendiendo a ser consciente de lo que se come y las señales del organismo sobre la sensación de llenura y satisfacción, la conciencia del estado de ánimo, o el hecho de querer saborear un alimento que nos parece delicioso, es suficiente para que a través de la voluntad se busque una solución distinta a la comida en aquellas situaciones que representan un desafío emocional y que nos han generado el impulso de comer desmesuradamente.

Entre otras estrategias que combaten la alimentación emocional y favorecen el manejo de la alimentación emocional se sugieren:

  • El ejercicio regular
  • La conversación con una persona de confianza.
  • Interesarse por los demás de manera genuina
  • Procurar vivir centrado en el presente
  • Escuchar otras perspectivas de vida
  • Valorar los puntos de vista alternativos

Es importante destacar que la alimentación emocional no resuelve las emociones negativas, de hecho puede empeorar la situación al crear sentimientos adicionales de culpa, vergüenza y malestar físico debido a la sobre ingesta de alimentos poco saludables. Si alguien se encuentra atrapado en un patrón de alimentación emocional que está afectando negativamente su bienestar, puede ser útil buscar apoyo de un profesional de la salud mental para aprender estrategias más saludables para hacer frente a las emociones y desarrollar una relación más equilibrada con la comida.

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